miércoles, 5 de febrero de 2014

Consejos vendo y para mí también tengo




Con frecuencia pienso en blog: cada anécdota que me pasa o idea ingeniosa que tengo (que a veces haberlas haylas), me parecen susceptibles de ser transformadas en una nueva entrada. Hace días tuve uno de esos pensamientos en los que te quedas enganchado, pero me ponía frente a la pantalla del ordenador y no era capaz de desarrollarlo. 

Todo porque me apetecía divagar sobre lo difícil que me resulta disfrutar de estar a gusto conmigo misma, cuando el mundo de la gente a la que quiero se tambalea o se derrumba. Puedo afirmar que me siento feliz, pero me sale con la boca pequeña porque con la que está cayendo, demostrar que uno está bien parece de mal gusto y una frivolidad; mirad si no el revuelo que causó la campaña de Campofrío en la que se ensalzaba la cualidad de los españoles de poder hacer una fiesta aún en tiempos de crisis. Parece que ser feliz sea algo anormal y que haya que estar todo el día quejándose por esto y aquello, y que si al otro le va mal, tú no puedas alardear de tu buen estado porque resulta ostentoso. Pues yo brindo por la frivolidad de ser feliz o mostrarse alegre a pesar de todo, porque en el fondo hace esto más soportable. Y nadie mejor que una mujer para hablar de penurias o cagarse en la perra por algo, y segundos más tarde comentar como si no pasara nada, lo monísimos que son unos zapatos que ha visto en un escaparate, lo divinas que le han quedado las croquetas al añadirles un toque de cebolla, o el look espantoso de Jennifer Lawrence en la pasada gala de los Globos de Oro.

¿Pero qué narices es la felicidad? Desde tiempos inmemoriales los seres humanos han filosofado acerca de ella. Es un concepto tan abstracto, que depende de quién la describa, e incluso va variando con el paso del tiempo y las circunstancias de la vida.

“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…” afirmaba Groucho Marx. Pues no veas la que se lió cuando a Cristiano Ronaldo, con una cuenta bancaria con tantos ceros que marean, se le ocurrió decir que estaba triste porque no se sentía querido en el Real Madrid. “A picar piedras le ponía yo para que sepa lo que de verdad cuesta ganarse el pan y sufra con motivo” o “que venga y duerma con mi parienta y sabrá lo que es la amargura al encontrar su cara de acelga cada mañana y no la de un ángel como la Shayk”, pensaron muchos a los que les parecía que su pesar era sólo el capricho de un niño consentido. Hay un bolero que canta que tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Parece que es mucho más complicado que hacer pleno en esa triada, y si no, a los hechos me remito, que este chico aparte de dinero, tiene salud, éxito profesional y una maciza que quita el hipo que duerme en su lecho, y a pesar de todo, también tendrá derecho a estar triste, digo yo.

¿Cómo encontrar algo que ni si quiera sabemos lo que es? Decía Voltaire que "buscamos la felicidad pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una". La única constante que se repite en la búsqueda de la felicidad, es que cuando se logra uno de los objetivos que nos parecían esenciales para alcanzarla, en el camino hacia ella hemos creado otros que en ese momento y condición, también nos parecerán indispensables para ser felices, convirtiendo nuestra pesquisa en algo eteeeeerno.

¿No será que la felicidad duradera como cualidad y no como estado temporal no existe, y que nos tienen a todos engañados con una ilusión alimentada por momentos de felicidad esporádicos y siempre efímeros, para tenernos alerta buscándola constantemente? Porque yo no hago más que oír que la vida es una lucha, que no es un camino de rosas sino un valle de lágrimas, que primero es el deber y luego el placer...

La felicidad, lejos de ser ese lugar perfecto y utópico al que queremos llegar para aposentar nuestro culo por siempre jamás, quizá tenga más que ver con una serie de momentos que al final del día nos hagan sentirnos satisfechos; las pequeñas cosas de la vida de las que hablaba Groucho, que para cada cual, serán distintas. Seguramente se trate de disfrutar más del camino y lo que en él nos vamos encontrando, nos lleve a donde nos lleve. De hecho creo que si no existieran los obstáculos ni la desdicha en nuestro recorrido, la felicidad sería algo más mediocre.

Cuando en el mundo desarrollado, el vacío existencial y la ansiedad se han convertido en las enfermedades contemporáneas más extendidas, y el Prozac y el Tranquimazin en compañeros de viaje de millones de personas, toca plantearse que igual hay que empezar a prestar más atención a nuestro mundo interior y obviar los aspectos materiales; a ver si van a ir por ahí las tornas en lo de aproximarse a la gracia plena. Ya no es tabú ir al psicólogo para que te ayude a arreglar tu vida, está de moda el yoga y la meditación, y lo más de lo más es apuntarse al coaching, al PNL o a cualquier otra técnica de desarrollo personal para conseguir nuestras metas, reforzar la inteligencia emocional, y así tener las herramientas para poder enfrentarnos a las circunstancias actuales.

En nuestro afán por encontrar respuesta y solución a todo, se han descrito infinidad de propuestas para ser felices, prescripciones generales que vienen sin receta y sin contraindicaciones. Consejos básicos que tienen un impacto directo en el estado de ánimo, que empiezan con el comer bien, descansar, hacer ejercicio e invertir en experiencias. Que por algo las madres, que son sabias, están constantemente diciéndole a sus hijos: ¿Duermes lo suficiente? ¿Has comido bien? ¡Venga que te preparo un tupper!

Luego, si uno quiere lograr el bienestar elevado a su máxima potencia y mantenerlo en el tiempo, podrá seguir escalando nuevos peldaños combinando principalmente el equilibrio emocional con cierta satisfacción material en función de cuánto más feliz desee ser. Pero la subida exige de empeño, esfuerzo y compromiso, y es un aprendizaje donde no caben las trampas ni los atajos, que lo queremos todo y rapidito.

Para variar, los estudios dicen que España está a la cola de la felicidad en la Unión Europea. Y no lo entiendo; si según un artículo de “The idealist” a los españoles se nos da bien la fiesta, los deportes, cocinar y el buen comer, tirar cañas o arreglar el mundo copa en mano. ¿Cómo puede ser posible entonces? ¿No será que no somos capaces de relacionarnos con nuestras circunstancias porque responsabilizamos a otros de ellas, y nos creemos condenados a sufrir por lo que nos ha tocado con nuestra clase política? ¿Será que hemos colocado nuestra felicidad a merced de las contingencias y nos hayamos dado por vencidos? ¿Y si nos hemos acomodado en el estado del malestar y nos quejamos pero no estamos haciendo nada por arreglarlo?

Mira que ahora mismo no puedo decir que la vida me sonría, que la crisis me ha forzado a cambiar mi rumbo profesional y a sustituir el micrófono por la fregona. Mira que he recortado en un montón de gastos y cada vez soy más austera; pero a pesar de ello el día 5 para mi cuenta bancaria ya es fin de mes. Que resulta que sigo sin tener pareja y sin conocer el amor romántico correspondido. Que no hago más que enganchar un resfriado tras otro y virus extraños… que vale, que de estas no me muero, pero tampoco puedo decir que esté sana como una manzana. Que en todas partes cuecen habas y entre mis allegados también hay problemas graves. Pero mi clic me ha llegado cuando he dejado de quejarme y atormentarme con que podría estar mejor, cuando me he ocupado de ayudar a los demás y de reírme más, sobre todo de mí misma. Y chica, que parece que he hallado mi propia fórmula de la felicidad. Pero no lo voy a decir muy alto no sea que alguien se ofenda o venga a robármela. ¡Es mía, mi tesooorooo!


Yo sólo quería divagar un poco acerca de mi estado porque me sorprende muchísimo que haya llegado justo ahora, cuando las cosas no van muy allá. Mañana seguramente necesite de una fórmula distinta, pero hasta entonces permitidme que me alegre. Me siento culpable de ser feliz, sí, pero no pienso disculparme.




P.D.: ¿Y sabéis qué me haría aún más feliz? Que entrarais en la Blogoteca de 20 minutos y me dedicarais un par de minutos (lo que tarda uno en registrarse en la página, arriba hacia la derecha sobre una barra azul, que hasta podéis inventaros los datos pero lo único que tiene que ser real es el email) para votarme si os gusta mi rincón. Que ya sé que no voy a ganar, pero cuantos más votos y comentarios tenga, más rulará el blog por ahí. Y quién sabe lo que puede pasar después...







30 comentarios:

  1. En España los deportes nacionales son quejarse y la envidia (nada nuevo). Disfruta de tú felicidad sin complejos! Ya he votado, y mira que no soy de registrarme ni nada de eso, pero este blog lo merece ;-).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias maestro. Si te veo el viernes, te pago una ronda y brindamos por mi felicidad y porque venga la tuya. Mua!

      Eliminar
    2. Demasiado largo tu post ...demasiado... para mi gusto

      Eliminar
    3. Es lo que tiene divagar...

      Eliminar
  2. Cumbres borrascosas5 de febrero de 2014, 12:08

    Paz interior, o dormir sin miedo y despertar sin angustia, que creo que es casi lo mismo.
    No se si morirme o pasarlo bien.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me despistas con este nick, pero supongo que eres my sweet lady. Mujer, sólo tenemos esta vida, mejor procurar pasarlo bien.

      Eliminar
  3. A mí me encanta que estés tan positiva, porque me parece que es la mejor forma de enfrentarse a la vida. Y además, creo que eso no significa que las cosas te vayan bien, lo que significa es que has encontrado la mejor manera (en mi opinión) de llevar tanto las penas como las alegrías. Así que ole y ole! Me encanta y quiero celebrarlo muy pronto contigo... y con una botella de vino, claro! ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y tu nick aún me despista más, jajajaja. Porque por tus palabras diría que eres el Príncipe de York, pero lo de la botella de vino me despista.
      Gracias!

      Eliminar
    2. Estoy de acuerdo con Anónimo. Problemas los tenemos todos, más grandes, más pequeños, pero son nuestros problemas. Sin embargo, no todo el mundo se enfrenta a las situaciones de la misma manera. Y nunca hay que sentirse avergonzada/o por ser feliz, aunque a alguna gente le jode mucho. De verdad que no entiendo por qué una sonrisa puede llegar a molestar tanto si es maravilloso que otro te sonría y te contagie su bienestar.

      Eliminar
    3. Ojalá la alegría fuera tan contagiosa como parece que es la pena. Pues sí, problemas tenemos todos, pero habrá que intentar tirar palante de la mejor manera. Dientes, dientes, eso es lo que les jode, Pantoja dixit. Y parece que tenía razón. :-D

      Eliminar
    4. Leí esa entrada cuando la publicaste y la acabo de releer. Y sí, eso mismo :) Hay que saber salir de los agujeros, pero a veces es como si la mente necesitara descansar de la felicidad. Como cuando te enamoras y pasa la euforia porque tu organismo no puede soportarlo durante mucho tiempo :D Me parece tan curioso.

      Eliminar
  4. Ser feliz es algo tan fragil y fugaz que tener que esconerlo me parece de tan absurdo, doloroso, pero es cierto que hay quien te mira como si tu sonirsa fuese la causa directa de todas las penurias.

    Me hubiera encantado votarte, pero dice la maquinita que ya lo he hecho en esa categoría.

    Un saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias, Pilar! Mañana me pongo con los deberes de tu nominación, pero tenía esta entrada atascada y quería acabarla. :-)
      Sonreír es gratis, y ser feliz no tiene castigo. A ver si nos lo metemos en la cabeza.
      ¡Besos!

      Eliminar
  5. Yo no creo que el asunto de seguir definiendo la felicidad, el amor, la vida, la muerte, nos dirija hacia ningún lado.
    Es bien cierto que hay malas rachas, que este mundo es más complicado de lo que los medios nos quieren contar y darnos un golpazo con la realidad duele mucho, pero también lo es que un estado de bienestar (en uno mismo) entre más dependa de otros, más imposible se vuelve.
    Así que estoy de acuerdo en que no tienen nada de malo ser feliz y conservar la esperanza. Sobre todo, creo que no se trata de criticar a quien la está pasando mal y le llueve sobre mojado, sino de buscar aportarles un poquito de alegría y compañía (si es que ésta nos sobra de verdad).


    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Leí un artículo en El País que me hizo pensar: ¿qué te haría feliz en una isla desierta? Aparte de lo indispensable para hacerse una cabaña, poder pescar y subsistir, libros o música que ¿no echarías de menos a tu gente, las emociones que esas pequeñas cosas te provocan? Lo que la mayoría de las personas dicen necesitar para ser felices es más básico y más fácil de obtener de lo que imaginamos. Nadie elige al final un coche de superlujo ni a una mujer u hombre espectacularmente atractivos para tener a su lado.
      Así que dejemos de complicarnos tanto.
      ¡Más besos!

      Eliminar
  6. Puede ser que la felicidad como tal no exista y que sean pequeños fragmentos, pero se trata de encontrar el máximo numero de ellos.
    Quizás un español sea feliz en el estado del malestar, quejándose y echando la culpa a otro. Siendo así se entenderían muchas cosas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ese es el tema. Que si nos hemos acomodado y nos hace feliz criticar y quejarnos, pues adelante, pero entonces no entiendo las estadísticas que nos ponen a la cola. Entre otras cosas porque si no nos hemos puesto de acuerdo en lo que es la felicidad, si para cada uno es algo distinto, no comprendo cómo se pueda medir entonces y determinar que somos infelices.

      Eliminar
  7. ¿ la felicidad? uuuufff, cuando sepa lo que es , ya si eso te lo digo. Yo en concreto y a ratos tengo una sensación parecida, pero se me pasa enseguida, con estar tranquilo ya tengo bastante jajajajaja.

    Por cierto y ya que estamos en campaña, había olvidado lo difícil que es comenzar un nuevo blog, pero te informo por si es de tu interés que ahora escribimos aquí:

    http://salamancahumanaydivina.blogspot.com.es/

    no te voy a pedir que nos sigas, ni que nos añadas en tu blogroll ni esas cosas, pero vamos, que "ahí lo dejo" jejejejeje.

    Gracias.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Es triste "de pedir" pero más triste es "de robar"! Te sigo porque me suelen gustar los comentarios que te leo en otros blogs. ;-)
      Pues igual tu tranquilidad es lo más parecido a la felicidad que puedas encontrar. Yo es que siempre he sido bastante atormentada y negativa, y me extraña mucho que me venga la luz ahora. Igual me he convertido en conformista...

      Eliminar
    2. Gracias, gracias..de todo corazón.

      Ten cuidado con eso de que te "venga la luz", el tema de la factura de Iberdrola me tiene como a los franceses, que apago la luz porque me "jode" ver como sube "el Contador", jajajajaja.

      Bss.

      Eliminar
    3. Buff, si yo te contara el pitote que tengo con los de Fenosa, que el año pasado me robaron cerca de 500€ y siguen igual y creo que lo siguiente va a ser ir a una de sus sucursales a quemarla, porque ando desesperada...

      Eliminar
  8. Hay mucho que comentar aquí Rita, pero bueno me limitaré a tocar dos puntos.

    Es cierta esa sensación de que mostrarse feliz da como cosilla, y sin embargo los estados de ánimo se contagian y quizás algo de positividad sería bueno que se fuera transmitiendo. Yo creo que con la que está cayendo más que evitar mostrarse uno féliz lo que no debe hacer por respeto es ostentación si su situación económica es buena, puede resultar ofensivo delante de alguien que no llega a fin de mes o le van a desahuciar ir explicando tu último viaje o el pastizal que te gastas en ropa de marca por ejemplo. Es mi opinión.

    El segundo punto que voy a tocar es para comentar sobre tu extrañeza de no estar en tu mejor momento y sentirte no obstante bien. A mí no me parece extraño, evidentemente cuando no es tu mejor momento es cuando se te ocurre plantearte que es mejor reflexionar y buscar y valorar lo bueno de nuestra vida en lugar de victimizarnos y hundirnos pensando en lo que nos falta, creo que eso es de ser inteligentes, quedarse en la queja continua no nos hace ningún bien, y siempre encontramos casos muchísimos más jodidos y cosas que agradecer.
    Besitos Rita, me ha gustado tu post, mucho

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uy, la primera frase me ha dado miedo y todo, jajaja.
      Sobre tu punto número uno, ¿y si a la gente le parece ostentoso el ánimo alegre de otro, cuando está hundido y lo ve todo negro negrísimo? Porque lo he vivido, la culpa que te endilga el otro porque tú sí estás bien y él no. En mis momentos de regodeo mierdiles, que los he tenido miles (y me ha salido un pareado sin haberlo preparado), yo misma lo he hecho, he odiado a todo el que se mostraba feliz y he deseado exterminarlo. Eso es así. No tiene sentido, pero pasa. Quizá sea envidia.

      Sobre el dos, sólo te puedo decir que amén, que eso es lo que quería dejar ver ;-)

      Me encanta debatir contigo. Mua!

      Eliminar
    2. Jaja, me encanta lo de regodeo mierdiles, buena forma de definirlo sí...Ahora he entendido mejor a que te referías. Hummmm, jodida sensación, te ofende y te molesta la felicidad ajena porque tú estás hundido en la miseria...sí, puedo incluso recordar algún momento así

      Eliminar
    3. A mí más que fastidiarme que los demás sean felices cuando yo no lo soy, lo que me fastidia muchísimo es cuando estoy hundida, que esas personas me obliguen a ser feliz porque ellas lo son. No, sólo escúchame, sonríe sinceramente (porque una sonrisa sincera transmite muchas cosas positivas), dame un abrazo, pero deja que viva mi proceso. Se trata un poco de no saber ponerse en el lugar del otro.

      Eliminar
    4. Eso también es verdad. Uno necesita tocar fondo, llorar, hundirse, y después resurgir cual ave Fénix. Leíste mi entrada titulada "Carta de una convaleciente"? Va de eso precisamente.
      Los amigos tienen que respetar esos momentos. Pero no debemos dejar que duren demasiado.

      Eliminar
    5. Hummm Dorotea...cierto, muy buena reflexión, por no hablar de esas frases idiotas con las que pretenden animarte.

      Eliminar
  9. Por supuesto que entro y te voto.
    Si no te importa, le voy a pasar este enlace a una amiga. Me ha gustado mucho el mensaje. También puede ser que yo comulgue con esa visión irónica, pero me gusta mucho lo y cómo escribes. Eres muy divertida. Seguramente eso tampoco ayudará a que la cuenta llegue hasta el día 6, pero es bueno que te lo digamos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Walden! Cuánto tiempo sin verte por aquí. Claro que no me importa, todo lo contrario, que rule, que rule :-)
      Ojalá lo de que el 5 sea para mi cuenta bancaria fin de mes fuera por correrme buenas juergas o permitirme caprichos estupendos, pero me temo que no es así: facturas y facturas y facturas, que vivir sólo hace todo mucho más cuesta arriba, pero aquí estamos con el pluriempleo haciendo malabares para llegar a todo. Igual ese es otro de mis ingredientes para mi tranquilidad mental, el mantenerme ocupada, y soy una afortunada no sólo por tener trabajo, sino por tener 3.
      Gracias como siempre por los piropos. Besos!

      Eliminar

No te cortes, di lo que sea que aquí no hay censura