miércoles, 20 de agosto de 2014

Yo Leo


“Se oye niña. Fecha prevista de nacimiento: 12 de agosto”. Así constaba en uno de los últimos informes médicos.

En el año 75, eran pocos los privilegiados que podían permitirse el lujo de salir de la ciudad y escaparse a la playa en Agosto; la gran mayoría como mucho conseguía pasar las vacaciones en el pueblo del que era originario algún miembro de la familia, y si era a la fresca, mucho mejor.  Mis padres - sin tener posibles ni pueblo al que acudir – eran afortunados porque al menos contaban con la casa que mis abuelos paternos tenían en Pozuelo y se podían pegar unos baños en su piscina. Sin duda también era de agradecer el poder contar con varios tíos y primos que tenían casa en aquella urbanización a las afueras de Madrid para poder entretenerse.

Aquel sábado 9 de agosto, por la mañana mi madre recibió la visita de mi tía Rocío, que acudía a diario para preguntarle cómo se encontraba:

-Bien, aunque he manchado un poco.
- ¿Y no será que estás ya de parto?
- No sé, es que no tengo ningún dolor. Tú estate tranquila. Voy a preparar pisto, que se me ha antojado. Comeré, me daré un chapuzón en la piscina y luego si acaso quedaré con Rafael a ver qué me dice.

Con toda la calma del mundo, aprovechó para lavarse el pelo y depilarse por si tenía lugar el ingreso hospitalario. Al fin y al cabo sólo faltaban tres días para la fecha prevista de parto, y llegado el momento, y teniendo en cuenta las visitas que recibiría, mi madre quería estar lo más presentable posible.

Hacia las 5 de la tarde, cuenta mi madre que quedó con mi tío Rafael en Harry’s para tomar una coca-cola. Rafael - que era además su ginecólogo- , al parecer le tocó la tripa nada más verla, y basándose en la dureza de la misma le anunció que ya era hora de encaminarse a maternidad. – Y deja de comer cacahuetes que tus contracciones son cada vez más seguidas – le largó controlando el intervalo de  las mismas con su reloj de pulsera.

Mientras mi abuela materna se ponía en camino para viajar de Málaga a Madrid al enterarse de mi inminente llegada tras una llamada de teléfono, a mi abuela paterna no hubo modo de localizarla. Después confesaría que al haberse peleado con mi abuelo, decidió coger un autobús que la llevó de Pozuelo a Madrid, y se dedicó a  hacer las cosas que más le gustaban: pasear por la calle Gran Vía de arriba a abajo, tomar una buena merienda en la cafetería Manila, y ver una película de amor y lujo en el cine Coliseum. Por supuesto también se ocupó de ignorar el teléfono las tropecientas mil veces que sonó una vez que regresó a su domicilio en Madrid.

– Seguro que es Joaquín (mi abuelo) que quiere discutir y que se pregunta dónde estoy. Pues que le den morcilla que no pienso contestar al teléfono – me dijo que pensaba. Y mientras, mi padre se desesperaba tratando de comunicarse con ella. No consiguió hacerlo hasta casi de madrugada, cuando mi abuela por fin de dignó a contestar "por si acaso pasaba algo". Solía decir que no entendía cómo a pesar del disgusto que le dio a la familia por haber desaparecido, la habían hecho mi madrina.

Recuerda mi madre que no notaba las contracciones, y que en el hospital alucinaron un poco con su entereza, pero sobre todo con que hubiese llegado sin ayunar, con la barriga llena de pisto, cacahuetes y coca-cola, y de mi queriendo salir. Quisieron entonces prepararla para llevarla al paritorio (o sea, rasurar y enchufar un enema):

- Que no, que no, que es que ya sale, que ya lo tengo aquí – dijo.

Después de que lo corroborase una enfermera, cuenta mi madre que fue andando directa al paritorio, y que justo antes de entrar notó una contracción tan fuerte y un dolor tan terrible en los riñones, que cree que perdió el conocimiento, porque ya no recuerda nada más.

3,800 Kg de hermosura vinieron al mundo hacia las 20:10 con todas sus cositas bien puestas en su sitio y sana como una manzana. Y en efecto era una niña. 

En mi cumpleaños me dio por pensar en la relevancia de todas estas circunstancias el día en que nací: si la calma de mi madre antes de parir, determinó el que yo sea una persona tan tranquila. Si será por eso me pirran los cacahuetes, el pisto y la coca-cola. Si el hecho de que mi abuela favorita estuviese en el cine mientras yo venía al mundo, pudiese haber influido en esto de que haya decidido dedicarme a la interpretación; o si por eso me chiflan las meriendas de señoras. No sé, porque el día que nací desde luego no nacieron todas las flores sino que pasaron estas cosas... y a lo mejor no es sólo cuestión de genética, de hábitos que se copian o de cosas del cosmos el cómo es uno y lo que determina su carácter.

Sí, también creo en los horóscopos.

A ver, es que he leído lo siguiente sobre los nacidos bajo el signo de Leo, y que me digan si esta no soy yo a grandes rasgos (aquellos que me conocéis, ¿hola?):

Este es un signo caracterizado por el drama, pero que al mismo tiempo es social, creativo, y tiene suficientes cualidades para ser atractivo. Es casi imposible de resistirse a un Leo.  
Leo es directo, pero afectuoso y apasionado cuando expresa sus sentimientos.  
Las personas nacidas bajo el signo de Leo son cariñosas, divertidas y muy generosas con la gente que forma parte de su vida. Como el signo zodiacal más generoso, Leo es un amigo leal y desinteresado. Siempre está listo para ayudar a todos, a pesar de que a veces esto entre en conflicto con sus propios intereses. Leo tiene una personalidad segura y fuerte. Amable y modesto, le gusta mucho organizar fiestas y otros eventos. Raras veces está solo; la interacción es su segunda naturaleza. Elige a sus amigos cercanos por la capacidad de igualar su sentido del compromiso y la dignidad con los valores personales. En cuanto a la familia, Leo, que es poderoso, hará lo que sea para defender a sus seres queridos. Leo es leal para toda la vida. Le da mucho orgullo poder ayudar a su familia en las buenas y en las malas.
En cuanto al sexo, es muy posible que Leo sea muy enérgico, aventurero y divertido. Elige a su pareja cuando esta le permite tener la iniciativa, destacar y ser independiente. Buscan amantes desinhibidos que no sean muy conscientes de sí mismos. La pareja de Leo necesita ser tener el mismo intelecto para poder funcionar. 
 Los Leo a veces se arriman a relaciones que no les convienen pero es tan fuerte su deseo de no haberse equivocado lo que le incita a continuar con ellas. Realmente son buenos amantes que lo dan todo por los suyos; lo da todo aunque a veces no reciba tanto como da. En ocasiones su pasión es tan desmesurada que llega hacer sombra a su pareja y puede crear conflictos. Pero en definitiva es un amante con mucha vitalidad que hará las delicias de su compañero. 
Pero no creas que son perfectos, las personas del signo Leo tienen una serie de defectos tan grandes como sus virtudes, ya que su excelencia se puede tornar fácilmente en arrogancia, en orgullo innecesario y en mal genio. A veces son capaces de dejar de lado su característica honestidad para desacreditar a sus enemigos, y si no controlan su carácter, adoptan ciertos aires de superioridad y prepotencia. 
Tienen amplias posibilidades de lograr un éxito rotundo en puestos de autoridad. Si entran en la política sólo quieren tener el cargo más alto. Muchas personas del signo Leo llegan a ser directores de empresas; son ambiciosos y si nacen con inclinaciones artísticas, tienen muchas posibilidades de convertirse en grandes estrellas.

Además, ya contaba yo aquí que todas las predicciones me auguraban un gran año, sobre todo a partir del 16 de julio con el ingreso de Júpiter en mi signo, y una de ellas decía:

Los éxitos llegarán porque te lo mereces, porque no te amilanas ante nada, porque siempre ayudas a quien lo necesita, porque eres el mejor amigo del mundo, porque generas una energía tan especial que con razón eres el rey de zodiaco… Por tantas y tantas cosas, este año Júpiter te va a poner su corona de fortuna y prosperidad.

Pues bien: puedo decir que está siendo así. Desde más o menos esa fecha, me he encontrado con varios éxitos por el camino, con ilusiones y con buenas compañías, y la fortuna parece que de momento está de mi lado. Llamadme friki, pero todo esto no puede ser casualidad. 

¡Brindo por Júpiter y por mi cumpleaños!

Y esto es lo que costó traerme al mundo...

15 comentarios:

  1. Pues aquí otra Leo del 9 de agosto, creo que es un signo genial. Aunque no creo mucho en estas cosas luego voy por ahí siempre proclamando que lo soy, que soy muy Leo, en lo bueno y en lo malo jaja.
    Ultimamente creo que soy una Leo venida a menos, pero ese ya es otro tema.
    Felicidades con retraso

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    1. ¿Del 9 de agosto también? ¡Pues estupenda seguro, claro que sí! Muchas felicidades a ti también. Mua mua!

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    1. ¡Queridísima piscis! Como diría Esperanza Gracia. Mi hermana y varios amigos también son piscis. Sois muy sensibles, y cuesta un poco llegar a vosotros, pero tenéis un corazón que no os cabe en el pecho!

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  3. Feliz cumple atrasado!!! Yo soy Tauro, o sea, cabezota a más no dar pero noblota. Jajajaja.
    Qué gracia me ha hecho la historia. Sobre todo el tema de tus abuelos... Moraleja: No te enfurruñes con nadie que nunca sabes cuándo te puedes perder un parto. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. ¡Muchas gracias Yo también voy con retraso en todo, es lo que tiene mi pachorra y los calores. Imagínate en aquellos tiempos, que no había ni móviles ni nada el desquicie de la familia. Siempre es mejor no enfurruñarse. Beso!

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  4. Se lo tomo con tranquilidad, poco mas y naces tu sola.
    Pues todo tendrá que ver en su justa medida.

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    1. Un poco sola sí que nací, o me lancé yo al mundo asomando la cabeza. Estoy convencida de que todo influye.

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  5. No sé si influirá que tu madre fuera tan calmada. La mía también lo fue hasta el último momento y yo, durante muchos años, he sido una impaciente de pro. Así que, ni idea.
    Un abrazo!

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    1. Si te soy sincera, soy bastante calmada pero ansiosa a la vez, siempre anticipándome a todo, incluso a mi nacimiento!
      Un besote!

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  6. Felicidades! Con retraso, pero felicidades :) Algunas madres tienen una pachorra, que no sé de dónde la sacan... lo digo también por la mía, que no hizo pisto pero parecido :D MUAC

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    1. Lo bueno de cumplir años en agosto, es que el cumpleaños se puede convertir en una especie de boda gitana, y así te encuentras a gente que te felicita un mes más tarde o te regala algo porque no estaba el día de mi onomástica. Nunca es tarde si la dicha es buena, no? Cuéntanos tu historia! Muuuack!

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    2. Pues mira, como hay tantas embarazadas a mi alrededor, lo mismo un día saco el tema :)

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  7. Ante todo mil disculpas por el retraso y Felicidades con recargo del 20% (así funciona Hacienda no?)
    Yo soy Piscis y antes era más crédula con estas cosas, ahora supongo que bastante menos. Ah, y por cierto, yo nací 3 minutos después de un terremoto que hubo en Madrid bastante intenso (y mi madre pensaba que estaba mareándose porque la lámpara del hospital se movía...)
    Besote! !

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    1. Ya dije más arriba que una de las cosas de cumplir años en verano, es que luego te encuentras con felicitaciones y regalos durante todo septiembre, así que tampoco es tan malo. ¡Muchas gracias! Me quedan 330 días para seguir recibiendo más felicitaciones, más regalos y seguir siendo treinteañera!
      ¿Un terremotooo? O_o

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