Actor, realizador,
escritor, editor, dibujante ocasional, fotógrafo… Spike Jonze es uno de esos
artistas globales que sobresale en todo lo que hace, pero que no se prodiga
tanto como a muchos nos gustaría.
Debutó como
director con “Cómo Ser John Malkovich” (1999), una comedia fantástica escrita
por Charlie Kaufman, con quien volvió a colaborar en “Adaptation” (2002),
comedia dramática que adaptaba un libro de Susan Orlean. En el año
2008 Spike participó en la producción de “Synecdoche, New York”, film debut
como director de Charlie Kaufman. Al año siguiente Jonze estrenó su tercer
largometraje como director, “Donde Viven Los Monstruos” (2009), una película de
fantasía y aventura basada en un libro infantil de Maurice Sendak.
Entre medias, hemos podido ver los
trabajos de Jonze como director de videoclips de los Beastie Boys, Fat Boy
Slim, Weezeer, Chemical Brothers, Daft Punk o Arcade Fire entre otros; o como
productor de la gamberra serie de MTV “Jackass”. Además pudimos ponerle cara
tras verle actuar en “The Game”, “Three kings” o más recientemente en “El lobo
de Wall Street”; y sobre todo gracias al marujeo que conllevó su historia de
amor con Sofia Coppola hasta que se divorciaran en 2003 por diferencias
irreconciliables… ¡con lo monos que quedaban juntos!
Recientemente Spike Jonze ha
visitado Madrid para presentar su último trabajo, “Her” (2013), una película
que se estrena este viernes en España, cuya trama gira en torno a la relación
romántica que surge entre Theodore (Joaquin Phoenix) y la voz femenina de un
sistema operativo (Scarlett Johansson). Cuenta en su palmarés con 5 candidaturas a los Oscar,
incluyendo la de mejor película y guión, y me muero por verla. Y precisamente por eso, porque he was here y mi amiga Elena que es muy
fan se lanzó a la calle a ver si se lo encontraba de casualidad, me ha
apetecido escribir esta entrada que guardaba en la recámara sobre uno de sus
trabajos que más me ha impresionado, su corto “I’m here” (2010) y las
conclusiones que saqué sobre el amor tras su visionado.
SINOPSIS: “I’m here” es una conmovedora
historia de amor con esencia de vídeo musical extendido, que transcurre en Los
Ángeles, donde robots y humanos conviven con total normalidad. Sheldon es un
robot que trabaja como ayudante en una biblioteca, cuya vida metódica y
solitaria se ve alterada al conocer a Francesca, una alocada y aventurera robot
de la que se enamora, cambiando así tanto su visión del mundo como el eje de su
existencia.
Lees esto y dices: “¡Vale, otra
fantasía más sobre la soledad, las relaciones y el amor, un tema demasiado
manido!" Sí y no. Por favor, saca 30 minutos de tu tiempo para disfrutar de esta
delicia aquí, aunque sólo sea porque tiene una banda sonora que realmente merece la pena. Te
adelanto que tras verla, me pasé media tarde llorando, y días más tarde, después
de desmenuzar todo lo que el cortometraje me había hecho sentir, se produjo el
reseteo y formateo de mi corazón y mi cerebro. Y no es coña.
***AVISO, A PARTIR
DE AQUÍ TE ENCONTRARÁS SPOILERS***
(VAMOS, QUE
TE VOY A DESTRIPAR TODO EL CORTO)
La existencia gris de Sheldon cambia
en el momento de conocer a Francesca. Cómo no enamorarse de una atractiva
androide de vida alocada y fascinante, tan lejana a la realidad del
protagonista; cómo no agarrarse a ella como a un clavo ardiendo para abandonar
la soledad que atormenta a Sheldon. Cómo no volcarse de lleno en alguien tan
maravilloso y sorprendente. Gracias a Francesca, Sheldon empieza a sentir que
es parte de “algo”, y comienza a disfrutar de cosas que jamás se había
imaginado que podría permitirse por su condición de robot, como por ejemplo,
soñar.
Francesca encuentra en Sheldon a un
compañero de aventuras con el que goza cada encuentro y se complementa, pero
sobre todo, descubre en la disposición y devoción de su amado, un colchón de
protección que le permite seguir viviendo su arriesgado modo de vida sin ningún
temor.
Es entonces cuando la pantalla se
empapa de ternura y amor. Al enamorarse, Sheldon se convierte en alguien
risueño que encuentra el sentido a su hasta entonces anodina existencia. Su
amor es tan puro, que les lleva a perderse el uno en el otro.
Durante un concierto, Francesca
pierde accidentalmente un brazo: “Te prometo que todo va a ir bien”, le dice
Sheldon tranquilizándola. Y esa promesa, conlleva reaccionar dándole su propio brazo,
el cual le implanta con sumo amor ante la estupefacción de ella.
En otra ocasión, Francesca se tropieza y acaba
perdiendo una pierna. Tras unos momentos de duda, la reacción de Sheldon es exactamente
la misma:
- ¡No hagas eso, no lo hagas!
- ¡Voy a hacerlo! – contesta él.
- ¡No te estoy pidiendo que lo hagas!
- No me importa…
- ¿Acaso no tengo elección?
- No, no la tienes. Tuve un sueño anoche, y en
mi sueño tú necesitabas una pierna. Todo el mundo intentaba darte una pierna,
pero yo de verdad quería que tú tuvieras la mía. Y en mi sueño tú escogiste mi
pierna. Me hizo tan feliz… Fue el mejor sueño en la historia de los sueños.
Días después, Francesca no aparece a su cita diaria
con Sheldon. ¿Será capaz de abandonarle después de todo lo que él ha hecho por
ella?
Resulta que Francesca ha sufrido un terrible
accidente a consecuencia del cual, acaba cortada por la mitad y debatiéndose
entre la vida y la muerte. Una vez más, y con tal de salvarla, Sheldon
sacrifica todo su cuerpo para darle a ella las extremidades y el cuerpo que
necesita, y se queda sólo con la cabeza.
La imagen final del corto es la de Francesca, recién reconstruida
con las piezas de Sheldon, abandonando el hospital en silla de ruedas con la
cabeza de su amado en el regazo. Él la observa radiante de amor, feliz de haber
podido darle una vez más aquello que ella necesitaba. Todo por amor.
Una bonita historia de amor incondicional entre dos robots, que nos
muestran la verdadera identidad del corazón (paradójico, si tenemos en cuenta
que a los androides no se les presuponen sentimientos).
O no.
Para mí es una historia de amor destructivo y
viciado desde el principio. Está bien tratar de complementarse con el otro, pero
la relación está enferma si pasas por alto tu propio bienestar, si llegas al
punto de autodestruirte con tal de preservar la felicidad del otro, y sobre
todo, si vuelcas en tu pareja todas tus expectativas de poder permitirte “ser
algo” gracias a él; ese “sin ti no soy nada” que todos hemos pronunciado alguna
vez. ¿Acaso no éramos ya algo antes de conocer a esa persona que nos hace
temblar los cimientos?
La mujer-robot, sabiéndose amada y protegida, sin
quererlo se aprovecha de esta circunstancia para vivir la vida con mayor
imprudencia, y va consumiendo a su pareja (en este caso literalmente),
dejándole reducido a la nada de una cabeza dependiente (física y
psicológicamente hablando). Sheldon no sólo sacrifica todo su cuerpo por ella,
sino también su vida. Antes dependía de ella emocionalmente, porque había
descubierto la felicidad en ella y ya no podía concebir la vida de otra manera.
A partir del momento de encontrarse desmembrado, pasa también a depender físicamente
de una Francesca malherida y convaleciente tras su reconstrucción. ¡Menudo
plan, eh?! En vez de destruir a Sheldon, podrían haber ido a una tienda a
comprar repuestos, pero quizá esa no era suficiente prueba de amor…
Como poco, te hace plantearte hasta dónde puede
llegar la fortaleza de un sentimiento por otro cuando es constantemente puesto
a prueba y saboteado. Puedes darle por ejemplo un riñón a quien quieres porque
tienes otro, pero ¿y si necesita el otro también? ¿Hasta cuándo hay que ceder? ¿Es
ese amor incondicional, en el que se antepone la vida del otro a la propia, el
correcto? Puedes querer muchísimo a alguien, pero querer con esa locura hace
que llegue un punto en el que se desintegren las partes, y no siempre es fácil
recomponerse.
Primero una pierna, luego un brazo, luego el
otro… Lo entrega absolutamente todo por amor. Y qué más da, si la falta de lo
propio no se siente mientras el otro esté a nuestro lado; qué importa perder
partes de ti, cuando el precio de esas partes que entregas, es la sonrisa o una
caricia de la persona a quien más quieres. Sheldon cree que esos sacrificios le
acercan más a ella, pero en realidad lo que ocurre es que está perdiendo su
integridad, en todos los sentidos. La modificación corporal de Sheldon, es una
perversa metáfora de la pérdida de su propia autonomía. Es cierto que en las
relaciones hay que hacer sacrificios, pero algo bien distinto es traicionar lo
que uno es en sí mismo con tal de satisfacer al otro.
******
Siempre creí en el amor sincero, desinteresado
e inconmensurable como el que muestra Sheldon. En mis relaciones me entregué
completamente y antepuse los intereses del otro a los míos. Perdí infinidad de
piezas, y con ayuda o sin ella, logré recomponerme otras tantas veces. Pero con
el tiempo las piezas ya no encajan tan bien; algunas se despegan de repente y
otras se caen y se pierden.
Con “I’m here” hice clic y me di cuenta de mi
concepción errónea sobre lo que era el amor. Lloré al caer del guindo y darme
cuenta de lo Sheldon que he sido toda mi vida. Y no tengo miedo a que ya no
encajen bien las piezas, pero me ha
costado treinta y muchos años reconocer cada una de mis partes, aceptarlas y
quererlas, así que no me apetece perder ninguna más. No quiero más amores que
me hagan restar. No quiero dejar de quererme o respetarme por querer a alguien
más.
Y seguramente por eso siga soltera.
Spike, eres un maestro.
(Y esta, una gran canción de su banda sonora)
Ah! Si has sido capaz de reservar 30 minutos
para ver este regalito que te he dejado, ¿por qué no me devuelves el presente y
me dedicas dos minutillos para votarme en los premios de La Blogoteca? Sólo
tienes que pinchar aquí y registrarte, que no vale con darle a las estrellitas. Verás el botoncito arriba hacia la derecha sobre una banda azul oscura. Hay que dejar un email en el que recibirás un correo de confirmación; es aún
más sencillo si tienes cuenta de Twitter o Facebook, porque sólo tienes que
vincular tu cuenta. Lo haces y regresas a la página anterior para identificarte
(porque ya te has registrado y ya lo has confirmado, o ya has vinculado tu
cuenta de 20 minutos con las que tienes en las redes sociales, que todo hay que
explicarlo), y vas y me votas. Y si de propina me dejas un mensaje… ¡por fi por
fi por fi! Mil gracias por cierto a los 20 que ya me habéis votado, ¡pero me faltáis unos cuantos, y
no miro a nadie!
FUENTES:
GRACIAS por este post tan bonito. Y que sepas que I`m here, es decir, yo también estoy aquí para lo que necesites.
ResponderEliminarFirmado: La duquesa de York.
Jajajaja, ahora sí que firmas, eh? Supongo que al final no hubo suerte y no te encontraste a Spike por la calle. ¿Has visto ya "Her"? Quiero, quiero, quiero!
EliminarGracias por los ánimos y por tu voto, mua!
Es una de las lecciones de esta vida. El amor llega a ser autodestructivo.
ResponderEliminarPo zi. Yo me vuelvo a poner la coraza.
EliminarMe lo apunto para verlo. No quiero leer la entrada completa hasta que no lo vea :)
ResponderEliminarHaces bien, porque perdería la gracia verlo sabiendo lo que va a pasar.
EliminarPrepara el paquete de kleenex también, que con lo sensible que estás estos días... y luego me cuentas. A ver si soy sólo yo la boba que ve el corto de esta manera.
Me da miedo pensar en pasarme la tarde llorando y resetear mi corazón, pero como el mundo no es de l@s cobarde, me salto el spoiler y lo guardo para el fin de semana ya te contaré.
ResponderEliminarSiii... Igual soy yo la flipada y que lo vi en un momento concreto en el que me llegó. Pero son sólo 30 minutos y yo creo que merece la pena. A mi me pareció una joya.
EliminarEso que he leido ahí arriba de que el amor llega a ser autodestructivo... muy cierto. Sobre todo en algunas personas.
ResponderEliminarSaludos! Un gran blog! Sigue así niña!
Gracias!
EliminarJoerrr yo quiero que alguien vea el corto y que haya debate!
Pues sí, Rita, seguramente por eso sigamos solteras. Yo tampoco quiero deshacerme de ninguna de mis piezas. Creo que una cosa es llegar a acuerdos para que la convivencia sea posible y otra que te arranquen partes fundamentales de ti misma/o. O peor, que consigan que te las arranques tú misma/o. Siento que hayas tardado tanto tiempo en darte cuenta, pero me alegro de que lo hayas hecho :)
ResponderEliminarSupongo que la concepción del amor que tenemos, varía según la persona. Concepción del amor y de la amistad, porque en algunos aspectos, no varían demasiado. Hay parejas tóxicas y amigos/as tóxicos. Separarse de ellos cuesta porque los quieres, pero a veces llega un momento en que tienes que elegir entre ellos y tú. Y Sheldon claramente eligió tú. Lo siento por él. Sé que es feliz, piensa que ya no va a volver a los tiempos de soledad del inicio, pero ¿es eso verdad? ¿Quién le garantiza que ella no volverá a perder una pierna y se vaya? O simplemente se vaya.
Quizás la clave está en la soledad. En el corto y en la vida real también. ¿Cuánta gente se siente sola? A veces, nos sentimos solos incluso estando rodeados, pero muchas son personas que cuando las necesitas no acuden. Te da la impresión de que están ahí porque las redes te las acercan, pero no son nada. Eso es lo que le pasa al pobre Sheldon. ¿Os fijasteis cómo ignoran su saludo cuando llega a casa? Y Francesca conoce perfectamente esa debilidad por mucho que no quiera su pierna. Si realmente no la quisiera, se habría puesto terca y habría salido a comprar la pieza, como dice Rita.
No he llegado a llorar, pero me ha quedado dolor de estómago tras ver el corto. Cuando Sheldon cede su brazo, pensé "no, no puede ir por ese camino". Pero sí. Lo de la pierna fue demasiado, pensé incluso en dejarlo.
Y sí, me he enrollado como una persiana. A ver si se acaba la crisis escritora :D
¡Bravo Dorotea! Me apetecía mucho leer la opinión de alguien más que hubiera visto el corto, gracias! A mí es que me encantan las historias que me descolocan y que me dejan pensando, y esta me removió tanto... Me parece que está lleno de metáforas, y cada vez que lo vuelvo a ver, encuentro un nuevo significado.
EliminarPodría empezar otro debate sobre el significado de que sean robots, pero tampoco quiero enrollarme.
A mí me parece un corto muy muy grande. Y el amor una hez bien grande también.
Gracias por "hacer los deberes". De verdad :-)
Es tan grande, que mucho de los temas están dejados como por casualidad: la soledad, que sean robots, la discriminación... Muy, muy bueno. No he visto muchas cosas de Spike Jonze, pero todo lo que veo me gusta.
EliminarAhora hay que ir a ver "Her"... me muero de ganas. Spike Jonze + Joaquim Phoenix es una mezcla irresistible.
Eliminar